Eclesiastés 5

Continuamos con el devocional de los estudios correspondientes a este libro, y hoy continuaremos con el capítulo 5. Será seguida la mima estructura.

RESUMEN

Nuestro deber es cumplir lo que prometemos. Incluso en este capítulo, el Predicador nos exhorta a cumplir nuestras promesas, y afirma que si no es así, más nos vale no haber prometido nada. 

Este capítulo también señala que nuestros sueños son vanos cuando no están relacionados con los planes de Dios, y la vanidad de las cosas también se observa en que tal como nacimos, así moriremos: no tendremos nada material con nosotros.

VERSOS A DESTACAR

"Cuando a Dios haces promesa, no tardes en

cumplirla; porque él no se complace en los

insensatos. Cumple lo que prometes." (v. 4)

Del mismo modo que hay que cumplir lo que prometemos a Dios, debemos cumplir lo que prometemos a los demás. Es una insensatez prometer algo que no vamos a cumplir, y lo peor es que se confía en nosotros para el cumplimiento de la misma. 

"Donde abundan los sueños, también abundan 

las vanidades y las muchas palabras; mas tú,

teme a Dios." (v. 7)

Cuando nuestros sueños se separan de la voluntad de Dios comienza a aparecer la vanidad y todo aquello que realmente sobra. La única manera eficaz de evitar esto es perseverando en la fe y en el temor a Dios. Esto es lo que nos mantendrá, tanto a nosotros como a nuestros sueños, bajo la cobertura de Dios.

OBEDIENCIA//APLICACIÓN

- Cumple lo que prometes, y no tardes en hacerlo.

- Cuida tus palabras, porque la ignorancia no te excusará por ellas.

- Sueña con el plan de Dios para tu vida. Esos sueños se harán realidad de una forma hermosa e incomparable.

- Piensa si hay ocasiones en las que sueles decir cosas que, pensándolas bien, no dirías o dirías de otra forma, o evitarías; y trata de darte cuenta cuando estés en esos momentos, para así poder evitar decir cosas que no deberíamos.

CUÁNDO  >>> CÓMO

- Muchas veces, las personas nos instan a prometer algo para que después nos veamos con el compromiso de cumplirlo >>> Desde el primer momento, si es una decisión, debemos demostrar que es así, y no ceder ante este tipo de presión.

ORACIÓN

Padre, te pedimos que nos ayudes a controlar nuestros pensamientos, y así, controlar lo que decimos. Por tanto, también te pedimos que nos ayudes a guardar nuestro corazón, porque de la abundancia de éste habla la boca. Haznos cada vez más conscientes de lo que prometemos, y pon en nuestro corazón el deseo de cumplir con urgencia nuestra palabra. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.